350 g de harina de maíz
480 ml de agua templada.
2 cucharaditas de sal
Cómo preparar tortillas de maíz sin gluten
Empezaremos tamizando la harina de maíz y poniéndola en un bol junto a la sal y el agua templada. Recomendación: Es muy importante que el agua esté a esa temperatura, ya que si está demasiado caliente la masa quedará pegajosa y muy elástica (algo que dificultará el amasarla) y, si por el contrario, está muy fría, se partirá en cuanto la manipulemos.
Removemos bien hasta que todo quede integrado (os costará un poquito porque se irá haciendo más y más densa) y comenzamos a amasar con las manos hasta obtener un resultado homogéneo. Es fácil lograr una consistencia casi perfecta si somos constantes tanto removiendo como amasando.
Una vez esté lista, la dividiremos en bolitas de tamaño pequeño (como de una lima más o menos) y las iremos colocando sobre una superficie previamente enharinada.
Cuando tengamos todas, las iremos aplastando y extendiendo con ayuda de un rodillo o cualquier utensilio que veáis que puede facilitaros este trabajo. Lo haremos de manera suave hasta conseguir darles forma de tortilla pero con un grosor de más o menos 2 milímetros.
Para terminar de hacerlas, pondremos unas gotitas de aceite de oliva en una sartén (lo justo para que la base quede manchada y la masa no se adhiera) y, una vez caliente, echaremos las tortillas de una en una. Dejamos a fuego medio hasta que se doren por cada lado y ya podremos retirarlas.
A medida que se vayan enfriando irán endureciéndose un poquito más. No obstante, no hagáis demasiada cantidad si no vais a consumirlas en un plazo de tiempo relativamente breve porque, como os hemos indicado al principio, al no llevar ningún tipo de conservante, se estropean antes.
Ya tendremos listas nuestras tortillas de maíz sin gluten que podremos usar para preparar cualquier tipo de plato mexicano o, si las dejas más blanditas (añadiendo aceite en la elaboración) un delicioso wrap o roll.