
Se acabaron las adivinanzas en la frutería: si quieres una sandía perfectamente dulce y jugosa, solo sigue estos sencillos consejos. Aquí tienes exactamente qué buscar:

- Busca la mancha de campo
¿Esa mancha amarilla cremosa en la sandía? Se llama mancha de campo: es donde el melón se posó en el suelo mientras maduraba.
Amarillo = Madura
Blanco o pálido = Aún no está lista - Revisa la piel para ver si tiene membranas
¡Esas líneas marrones, similares a membranas, son una buena señal! Indican que la fruta ha tenido mucha polinización, lo que suele significar que es más dulce. - Golpéalo – Escucha el sonido hueco
Golpea el melón ligeramente.
Sonido profundo y hueco = Jugoso y maduro
Sonido sordo o plano = Podría estar demasiado maduro o verde - Elige el más pesado
El tamaño no siempre importa, ¡pero el peso sí! Una sandía madura debe sentirse pesada para su tamaño, lo que significa que está llena de agua (o sea, ¡jugo!). - Forma y simetría
Elija un melón uniforme y simétrico, sin grumos ni abolladuras. Las sandías deformes pueden haber crecido de forma irregular, lo que afecta su sabor y textura. - Piel opaca y sin brillo
Un acabado opaco significa que el melón está completamente maduro. Los melones brillantes pueden haberse recolectado demasiado pronto. - Revise el tallo (si lo tiene)
Un tallo seco y marrón indica que la sandía maduró en la rama. Un tallo verde significa que se recogió antes de tiempo.
Ya estás listo para cosechar como un profesional: se acabaron los bocados insípidos y aguados. ¡Solo sandía dulce, crujiente y jugosa en todo momento!
