
A ver, hablemos claro. Seguro más de una vez has escuchado que “es mejor orinar antes de tener sexo” para estar más cómodo o evitar alguna molestia. Y aunque esa idea suena bastante lógica, la verdad es que puede estar jugando en tu contra sin que te des cuenta. No estamos diciendo que debas aguantarte todo el día, ¡ni mucho menos!, pero hacerlo justo antes del encuentro íntimo podría traerte más problemas que beneficios.

Piénsalo así: durante las relaciones sexuales, sobre todo si son penetrativas, la uretra (ese conducto por donde sale la orina) se expone a bacterias, fricción y hasta pequeñas lesiones microscópicas. Y si ya vaciaste tu vejiga antes, entonces le estás quitando a tu cuerpo su herramienta más natural para limpiarse después: la propia orina.
IMPORTANTE: El video relacionado a esta historia lo encontrarás al final del artículo.
Cuando orinas después del sexo, ayudas a “enjuagar” cualquier bacteria que haya intentado meterse donde no debe. Pero si fuiste al baño justo antes del encuentro, puede que al terminar ya no tengas ganas ni líquido suficiente para hacerlo. Resultado: las bacterias se quedan ahí felices, multiplicándose y, en muchos casos, causando infecciones urinarias.
Y créeme, una infección urinaria no es cosa de juego. Ardor al orinar, sensación de que “algo no está bien ahí abajo”, molestias al tener relaciones nuevamente… Todo eso se puede evitar con un simple cambio de hábito. Así que el nuevo lema es: antes del sexo, mejor aguántate un poquito.
Ahora, no se trata de estar incómodo o con la vejiga a punto de estallar. Si de verdad sientes que ya no puedes más, claro que puedes ir al baño. Pero si es solo por costumbre o porque te dijeron que “así es mejor”, tal vez sea momento de replantearlo. La clave está en orinar después del acto. Date esos cinco minutitos para ir al baño, relajarte y dejar que tu cuerpo haga lo suyo.
Y ojo, esto no aplica solo para mujeres, aunque ellas suelen ser las más afectadas por las infecciones urinarias. Los hombres también pueden beneficiarse de este hábito, sobre todo porque ayuda a mantener todo limpio y reduce el riesgo de infecciones prostáticas u otras molestias.
Además, seamos honestos: ¿qué son cinco minutos comparados con el malestar de una infección que puede durar días? Y ni hablar de tener que ir al médico, tomar antibióticos, y todo el estrés que eso conlleva. Con algo tan sencillo como esperar un poco y orinar después, te evitas un montón de dolores de cabeza.
En resumen:
¿Sientes una urgencia real? Anda al baño, pero trata de dejar “algo” para después.
¿Estás bien y simplemente ibas a ir por costumbre? Mejor espera.
¿Ya terminaste? Entonces sí, directo al baño y que fluya todo con naturalidad.
El cuerpo es sabio, pero necesita nuestra colaboración. Y si una pequeña decisión puede mejorar tu bienestar íntimo, protegerte de infecciones y hacer que el momento con tu pareja sea más placentero y sin consecuencias… ¿por qué no hacerlo?
Cuídate, cuida a tu pareja y no subestimes el poder de un buen “pis” después del sexo.
