A los 60 años pensé que las enfermedades crónicas eran mi destino. Cáncer, hipertensión, diabetes tipo 2, mala circulación… vivía atrapado en un ciclo de cansancio, pastillas y consultas médicas. Cada día me sentía más lejos de la vitalidad que alguna vez tuve.
Hasta que un remedio sencillo, hecho con tres ingredientes humildes, empezó a cambiarlo todo. No fue de un día para otro, ni es una “cura milagrosa”, pero esta bebida de cáscara de plátano, poleo y cúrcuma se convirtió en un apoyo real para mi cuerpo, mi energía y mi esperanza.

Hoy quiero contarte cómo la descubrí, por qué funciona y cómo prepararla en casa.
🌱 De la desesperación al descubrimiento
Vivir con varias enfermedades crónicas al mismo tiempo se siente como cargar una mochila de piedras:
Medicamentos para la presión
Pastillas para el azúcar
Tratamientos para la circulación
Miedos silenciosos por el diagnóstico de cáncer
Había días en los que solo quería dormir y olvidarme de todo. Pero también había algo en mí que se resistía a rendirse.
Buscando alternativas naturales que pudieran acompañar mi tratamiento médico, encontré referencias a un remedio tradicional hecho con cáscara de plátano, poleo y cúrcuma. Al principio dudé; parecía demasiado simple para ser útil. Pero la lógica tenía sentido: tres plantas, tres funciones clave para el cuerpo: desinflamar, depurar y equilibrar.
Decidí probar. No dejé mis medicamentos, pero añadí esta bebida a mi rutina diaria… y con el tiempo empecé a notar cambios.
🍵 El trío sanador: ¿por qué esta mezcla tiene sentido?
Cada ingrediente aporta algo específico, y juntos forman un tónico muy completo.
🍌 Cáscara de plátano
La mayoría tira la cáscara, pero es una parte muy valiosa de la fruta.
Rica en potasio: ayuda a regular la presión arterial.
Aporta fibra: favorece la digestión y puede ayudar a estabilizar el azúcar en sangre.
Contiene antioxidantes: apoya la protección celular frente al daño oxidativo.
🌿 Poleo (menta poleo)
Usado tradicionalmente para el sistema digestivo y respiratorio.
Favorece la digestión y reduce gases e inflamación abdominal.
Estimula el hígado y apoya la depuración.
Puede ayudar a aliviar congestión respiratoria ligera.
🧡 Cúrcuma
Una de las raíces más estudiadas en fitoterapia moderna.
La curcumina tiene propiedades antiinflamatorias.
Puede ayudar a regular la glucosa, como parte de un estilo de vida saludable.
Contribuye a mejorar la circulación y proteger el sistema cardiovascular.
Combinados en una sola bebida, estos tres ingredientes no “curan” por arte de magia, pero sí pueden apoyar al cuerpo en procesos clave: inflamación, circulación, detox y equilibrio metabólico.
✨ Cómo preparar la bebida sanadora
Ingredientes:
1 cáscara de plátano bien lavada y troceada
4 hojas de poleo fresco (o 1 cucharadita de poleo seco)
1 trozo de 2–3 cm de cúrcuma fresca (o 1 cucharadita de cúrcuma en polvo)
3 tazas de agua
Miel o limón al gusto (opcional)
Preparación:
Lava muy bien la cáscara de plátano, el poleo y la cúrcuma si es fresca.
Trocea la cáscara y la cúrcuma en pedazos pequeños.
Coloca todos los ingredientes en una olla junto con las 3 tazas de agua.
Lleva a ebullición y luego deja hervir a fuego bajo durante unos 15 minutos.
Apaga el fuego y deja reposar 5 minutos.
Cuela la bebida.
Si lo deseas, añade un poco de miel o unas gotas de limón.
Puedes guardarla en un frasco de vidrio en la nevera por un máximo de 2 días, pero lo ideal es tomarla fresca.
💪 Beneficios que yo empecé a notar
Con el tiempo, integrando esta bebida a mi rutina (junto a cambios en la alimentación, caminatas suaves y seguimiento médico), noté:
Menos pesadez en las piernas y mejor circulación.
Presión arterial más estable.
Mejor digestión y menos inflamación abdominal.
Más energía por las mañanas.
Sensación general de “ligereza” interna.
A nivel teórico y tradicional, se atribuyen a esta mezcla beneficios como:
Apoyo a la salud renal y prevención de acumulación de cristales.
Ayuda en la limpieza de pulmones y alivio de congestión ligera.
Contribución al equilibrio de la glucosa, como complemento de una dieta adecuada.
Apoyo al hígado en procesos de desintoxicación.
Acción antiinflamatoria general, útil en dolores articulares leves.
No se trata de que “cura el cáncer, la diabetes o la hipertensión”, sino de que puede ser un aliado más para que el cuerpo funcione mejor, siempre dentro de un plan integral.
🕒 Cómo la tomé yo
1 taza en ayunas cada mañana.
Ciclo de 10 días seguidos, descansar 7 días y luego repetir.
Esto lo combiné con:
Alimentación más natural y baja en ultraprocesados.
Disminución de azúcares refinados y harinas blancas.
Caminatas suaves diarias.
Hidratación adecuada.
⚠️ Precauciones importantes
Aunque son ingredientes naturales, no son inocuos para todo el mundo. Ten en cuenta:
Si tomas medicamentos para cáncer, diabetes, hipertensión o anticoagulantes, consulta siempre con tu médico antes de incorporar este tipo de remedios.
El poleo debe usarse con moderación; no es recomendable en embarazadas ni en personas con problemas hepáticos severos.
No superes 1 taza al día si no tienes supervisión profesional.
Si notas mareos, náuseas, dolor de estómago o cualquier síntoma extraño, suspende el consumo y consulta a un especialista.
🌟 Más que una bebida: un ritual de vida
Lo más transformador para mí no fue solo la mezcla en sí, sino el ritual que creó:
Levantarme, preparar mi taza con calma.
Recordarme que estaba haciendo algo bueno por mí.
Convertir la enfermedad en una invitación al cambio, no en una condena.
A los 60, esta bebida fue una pieza clave en mi decisión de cuidarme de forma más consciente. No reemplazó mis tratamientos, pero sí me ayudó a ganar energía, claridad y motivación para seguir adelante.
Imagina empezar cada mañana con una taza caliente de este “té dorado”, sabiendo que estás apoyando a tu cuerpo de manera natural. No es magia, es constancia.
Si decides probarlo, hazlo con respeto, información y siempre de la mano de tu médico. Tal vez, igual que a mí, esta sencilla receta sea el inicio de una nueva etapa en tu salud y en tu vida.

