
La buena circulación sanguínea es fundamental para el funcionamiento óptimo de todos los órganos del cuerpo. Una circulación deficiente puede causar fatiga, hinchazón, calambres y sensación de frío en extremidades. Afortunadamente, existen remedios naturales que ayudan a estimular el flujo sanguíneo y mejorar la salud cardiovascular.
Uno de los más conocidos es el jengibre. Esta raíz tiene propiedades vasodilatadoras y antiinflamatorias que ayudan a mejorar la circulación, especialmente en las extremidades. Puedes tomarlo en infusión o añadirlo fresco a tus comidas.

El ajo es otro poderoso aliado. Rico en alicina, un compuesto que ayuda a dilatar los vasos sanguíneos y reducir la presión arterial, el ajo contribuye a un flujo más libre de la sangre. Consumir uno o dos dientes de ajo crudos al día o en cápsulas puede ser de gran ayuda.
El ginkgo biloba, planta utilizada tradicionalmente en la medicina china, mejora la circulación cerebral y periférica al dilatar los vasos sanguíneos y reducir la viscosidad de la sangre. Se recomienda en forma de cápsulas o infusiones.
Además, el consumo regular de infusiones de romero y cúrcuma puede ayudar a estimular la circulación. El romero contiene antioxidantes que fortalecen los vasos sanguíneos, mientras que la cúrcuma mejora la fluidez de la sangre gracias a la curcumina, su principal principio activo.
En cuanto a hábitos, mantener una buena hidratación, realizar caminatas diarias, masajes con aceites esenciales (como menta o ciprés) y elevar las piernas durante unos minutos al día también promueven una circulación más eficiente.
Finalmente, una alimentación rica en frutas cítricas, vegetales de hoja verde, frutos rojos y omega-3 (presentes en pescados como el salmón o semillas como la chía) fortalece las arterias y mejora la elasticidad de los vasos sanguíneos.
Adoptar estos remedios y hábitos naturales no solo mejora la circulación, sino que contribuye de manera general a una mejor salud cardiovascular y bienestar integral.
