Hay señales que el cuerpo nos manda y que muchas veces ignoramos por considerarlas “normales” o pasajeras. Una de ellas es la hinchazón en los tobillos. Quizás lo hayas notado después de pasar varias horas de pie o al final del día, cuando te quitas los zapatos y ves tus pies un poco más grandes de lo habitual. Pero, ¿qué pasa cuando esa hinchazón no desaparece, o cuando notas que además tus tobillos adquieren un tono morado o azulado? Aunque puede parecer algo leve, en realidad podría ser una advertencia de que algo más serio está ocurriendo en tu organismo.
Los tobillos hinchados no son una enfermedad en sí, sino un síntoma. Y como todo síntoma, tienen una causa detrás. A veces el problema está en la circulación, otras veces en el corazón, los riñones o incluso el sistema linfático. Por eso, no se trata solo de deshincharlos o elevar las piernas, sino de entender qué está provocando esa retención de líquido o esa falta de oxigenación que cambia el color de la piel.

📌 IMPORTANTE: El video relacionado a esta historia lo encontrarás al final del artículo.
Vamos a desglosar con calma las razones más comunes por las que los tobillos pueden inflamarse y, en algunos casos, ponerse morados.
- Problemas circulatorios
Una de las causas más frecuentes es la mala circulación venosa. Cuando las venas de las piernas tienen dificultades para devolver la sangre al corazón, esta se acumula en la parte baja del cuerpo, generando hinchazón, pesadez e incluso un cambio de color en la piel. Esto se conoce como insuficiencia venosa. Con el tiempo, las paredes de las venas se debilitan, la presión aumenta y pueden aparecer varices, sensación de ardor o picazón. En los casos más avanzados, la piel toma un tono morado o violáceo debido a la falta de oxígeno en los tejidos.
Si al final del día notas tus tobillos hinchados, tus piernas cansadas y marcas de las medias o zapatos, es importante prestarle atención. La circulación deficiente no solo es incómoda, también puede derivar en complicaciones como trombos o úlceras varicosas si no se trata a tiempo.
- Retención de líquidos
Otra causa muy común es la retención de líquidos, que puede deberse a distintos factores: exceso de sal en la dieta, cambios hormonales, medicamentos o problemas en los riñones. Cuando el cuerpo no logra eliminar correctamente el exceso de agua, esta se acumula en los tejidos, especialmente en las extremidades.
La retención también puede provocar sensación de pesadez, rigidez en los pies y una especie de “acolchonamiento” al presionar la piel. En algunos casos, al apretar el tobillo con un dedo, queda una marca que tarda unos segundos en desaparecer, lo cual indica que hay líquido retenido.
- Problemas cardíacos
Cuando el corazón no bombea la sangre de manera eficiente, esta tiende a acumularse en ciertas partes del cuerpo, especialmente en las piernas y los tobillos. Esta es una señal clásica de insuficiencia cardíaca. Además de la hinchazón, las personas pueden experimentar falta de aire, cansancio constante o sensación de presión en el pecho.
El tono morado en los tobillos también puede deberse a una menor oxigenación de la sangre, lo que significa que el corazón no está llevando suficiente oxígeno a los tejidos. Si la hinchazón aparece acompañada de dificultad para respirar o fatiga, es fundamental consultar a un médico sin demora.
- Problemas renales o hepáticos
Los riñones cumplen una función vital al filtrar la sangre y eliminar los desechos del cuerpo. Cuando no están funcionando correctamente, se produce una acumulación de líquidos y sodio, lo que puede causar hinchazón en los pies y tobillos.
El hígado, por su parte, ayuda a mantener el equilibrio de proteínas en la sangre. Si hay una enfermedad hepática, como la cirrosis, se altera ese equilibrio y los líquidos pueden filtrarse hacia los tejidos, especialmente en la parte inferior del cuerpo.
- Falta de movimiento o estar mucho tiempo de pie
Puede parecer algo sin importancia, pero pasar muchas horas sentado o de pie también puede causar hinchazón. Esto sucede porque la sangre y los líquidos tienden a acumularse en las piernas debido a la gravedad. Es una causa común en personas con trabajos de oficina o en quienes permanecen largas horas en la misma posición.
Mover las piernas cada cierto tiempo, elevar los pies o hacer ejercicios circulatorios sencillos puede ayudar a mejorar la circulación y evitar que los tobillos se inflamen.
- Lesiones o golpes
A veces, la causa es más evidente: una torcedura, un esguince o un golpe fuerte. El cuerpo responde al daño inflamando la zona para protegerla y facilitar la recuperación. Sin embargo, si la hinchazón viene acompañada de dolor intenso, hematomas o imposibilidad de apoyar el pie, es importante descartar una fractura o lesión más grave. - Problemas linfáticos
El sistema linfático es el encargado de drenar el exceso de líquidos y desechos del cuerpo. Cuando este sistema no funciona bien, los líquidos se acumulan en los tejidos y provocan una hinchazón persistente, conocida como linfedema. Esta condición puede deberse a una cirugía, una infección o incluso a causas genéticas.
El linfedema suele afectar un solo lado del cuerpo y puede causar sensación de pesadez, endurecimiento de la piel y, en algunos casos, cambios en el color.
- Efectos secundarios de algunos medicamentos
Ciertos fármacos, como los usados para la presión arterial, los anticonceptivos hormonales o los corticoides, pueden provocar retención de líquidos como efecto secundario. Si notas que la hinchazón comenzó después de iniciar un tratamiento, vale la pena consultar al médico para ajustar la dosis o buscar alternativas. - Factores hormonales
En mujeres, los cambios hormonales relacionados con el ciclo menstrual o el embarazo pueden generar hinchazón en los tobillos. Durante el embarazo, especialmente en el tercer trimestre, es común que el cuerpo retenga más líquido debido a la presión del útero sobre las venas. Sin embargo, si la hinchazón es repentina o se acompaña de dolor de cabeza y presión alta, podría tratarse de preeclampsia, una condición que requiere atención médica inmediata.
Cuándo preocuparse y consultar a un médico
No toda hinchazón es peligrosa, pero hay señales que no deben ignorarse. Si tus tobillos están constantemente hinchados, si la piel se pone morada, si hay dolor, calor o enrojecimiento, o si la hinchazón se acompaña de dificultad para respirar o aumento de peso rápido, lo mejor es acudir al médico. Estas pueden ser señales de un problema más serio, como una trombosis o una falla en el corazón o los riñones.
Qué puedes hacer para prevenirlo
Algunos hábitos simples pueden ayudar a mejorar la circulación y evitar que los tobillos se inflamen: reducir el consumo de sal, mantener un peso saludable, moverse con frecuencia, elevar las piernas al descansar, evitar el tabaco y beber suficiente agua. Además, usar medias de compresión puede ser de gran ayuda para quienes sufren de insuficiencia venosa.
Cuidar tus tobillos no es solo una cuestión estética; es una forma de cuidar tu salud. Son una zona donde el cuerpo refleja mucho más de lo que imaginamos. Escuchar esas señales y actuar a tiempo puede evitar complicaciones futuras.
La próxima vez que notes tus tobillos hinchados o con un tono morado, no lo tomes a la ligera. Es el cuerpo hablándote, y escuchar a tiempo siempre es la mejor medicina.
