Durante años, las mollejas de pollo han sido uno de esos ingredientes que muchas personas miran con cierta desconfianza. Algunos las asocian con la comida “de antes”, otros piensan que no son muy saludables, y muchos simplemente no saben qué hacer con ellas. Sin embargo, la realidad es que las mollejas son una verdadera joya nutricional escondida dentro del mundo de los alimentos. Si supieras todos los beneficios que aportan, probablemente ya estarías pensando en prepararlas para tu próxima comida.
Más allá de su sabor intenso y su textura particular, las mollejas tienen un valor nutricional impresionante. Son una excelente fuente de proteínas magras, vitaminas y minerales que ayudan a fortalecer el cuerpo, mejorar el rendimiento físico y mantener una buena salud en general. Y lo mejor de todo es que son económicas, fáciles de conseguir y muy versátiles en la cocina.

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Un alimento humilde con un gran valor nutricional
Las mollejas forman parte del sistema digestivo del pollo y se encargan de triturar los granos y alimentos que consume el ave. Por eso, son músculos muy fuertes y resistentes, lo que explica su textura firme y su alto contenido proteico. Cada porción de mollejas de pollo aporta una buena cantidad de proteínas de alta calidad, comparables incluso con las del pollo tradicional o el pescado. Esto las convierte en una opción perfecta para quienes buscan ganar masa muscular o mantener una dieta equilibrada sin gastar demasiado.
Pero las proteínas no son su único punto fuerte. Las mollejas también contienen hierro, zinc, fósforo y varias vitaminas del grupo B, especialmente la B12. Estos nutrientes son esenciales para mantener una buena circulación sanguínea, reforzar el sistema inmunológico y tener energía durante todo el día. En otras palabras, comer mollejas no solo te alimenta, sino que también te fortalece desde adentro.
Aliadas del corazón y de los músculos
Si te ejercitas con frecuencia o estás en un plan para aumentar masa muscular, las mollejas deberían ser parte de tu menú semanal. Su alto contenido en proteínas ayuda a reparar los tejidos musculares después del entrenamiento, mientras que el zinc y el hierro contribuyen a la oxigenación de la sangre y al funcionamiento de los músculos. Además, su bajo contenido en grasa las hace ideales para quienes buscan mantenerse en forma sin consumir demasiadas calorías.
Por si fuera poco, las mollejas contienen colágeno y elastina, dos compuestos que ayudan a mantener la piel firme y las articulaciones saludables. Esto significa que, además de fortalecer los músculos, también colaboran en mantener tu cuerpo flexible y con un aspecto más joven.
Un impulso natural para tu energía y concentración
La vitamina B12 que se encuentra en las mollejas es fundamental para el sistema nervioso y el metabolismo. Esta vitamina ayuda a convertir los alimentos en energía, por lo que quienes las consumen con regularidad suelen sentirse más activos y menos fatigados. Además, la B12 mejora la memoria, la concentración y el estado de ánimo. Por eso, incluir mollejas en tu dieta puede ser un excelente complemento para quienes llevan un ritmo de vida acelerado o pasan muchas horas trabajando o estudiando.
Fortalecen la sangre y combaten la anemia
Gracias a su contenido en hierro hemo (el tipo de hierro que el cuerpo absorbe mejor), las mollejas de pollo son un gran aliado para combatir la anemia y otros trastornos relacionados con la falta de glóbulos rojos. El hierro, junto con la vitamina B12 y el ácido fólico, participa activamente en la producción de hemoglobina, ayudando a que el oxígeno llegue adecuadamente a todos los tejidos del cuerpo. Así que, si sueles sentirte débil, mareado o con poca energía, tal vez tu cuerpo esté pidiendo más hierro, y las mollejas pueden ser una excelente forma de obtenerlo de manera natural.
Buenas para el sistema inmunológico
El zinc presente en las mollejas tiene un papel clave en la defensa del organismo. Este mineral ayuda a mantener fuertes las células del sistema inmune y mejora la cicatrización de las heridas. También participa en la síntesis de ADN y en la regeneración celular, por lo que contribuye a mantener una piel sana y un cuerpo más resistente frente a virus y bacterias. En pocas palabras, incluir mollejas en tu dieta puede ayudarte a enfermarte menos y recuperarte más rápido.
Aptas para dietas de control de peso
Aunque no lo creas, las mollejas son bajas en grasa y calorías, especialmente si se preparan de manera saludable (por ejemplo, hervidas, al horno o a la plancha). Esto las convierte en un alimento ideal para quienes buscan perder peso sin sacrificar el sabor ni la nutrición. Además, su alto contenido en proteínas genera sensación de saciedad, lo que ayuda a controlar el apetito y evitar los antojos entre comidas.
Cómo prepararlas para aprovechar al máximo sus beneficios
La clave está en la preparación. Las mollejas necesitan cocerse el tiempo suficiente para ablandarlas, ya que su textura es naturalmente firme. Puedes hervirlas primero con ajo, cebolla y laurel durante unos 30 o 40 minutos, y luego saltearlas o asarlas para darles más sabor. También puedes incorporarlas a guisos, arroces o ensaladas. Su sabor combina muy bien con especias como el comino, el orégano y la pimienta negra.
Un truco útil es marinar las mollejas antes de cocinarlas. Déjalas unas horas en una mezcla de limón, ajo y hierbas aromáticas, y notarás cómo su sabor se potencia y su textura se vuelve más tierna. Si las preparas bien, incluso quienes no son fanáticos de este tipo de alimentos terminarán pidiendo repetir.
Un alimento económico y sostenible
Otra razón por la que vale la pena incluir mollejas en tu dieta es su accesibilidad. Son mucho más baratas que otras fuentes de proteína, como el pescado o la carne de res, pero ofrecen beneficios similares. Además, consumirlas contribuye a reducir el desperdicio alimentario, ya que se aprovecha una parte del animal que muchas veces se descarta. Es una forma inteligente y responsable de alimentarse, ayudando también al medio ambiente.
Conclusión: un clásico que merece volver a tu mesa
En definitiva, las mollejas de pollo son un alimento completo, nutritivo y lleno de beneficios. Tal vez su apariencia no sea la más atractiva, pero su valor para la salud es incuestionable. Son ideales para quienes buscan mejorar su dieta, fortalecer su cuerpo, ganar energía y cuidar su bolsillo al mismo tiempo. Y lo mejor de todo es que, con un poco de creatividad en la cocina, pueden convertirse en un plato delicioso que sorprenda a todos.
Así que la próxima vez que las veas en el mercado, no las pases por alto. Dale una oportunidad a las mollejas y descubre por ti mismo por qué tanta gente las considera un superalimento escondido en la cocina tradicional.
