2 traseros de pollo de corral, 200 g de espinacas frescas, 50 g de queso parmesano, 100 ml de nata líquida para cocinar, 150 ml de caldo de pollo, especias al gusto (pimentón picante, sal, pimienta) y aceite de oliva virgen extra
Cómo hacer pollo en salsa cremosa de parmesano y espinacas
Comenzamos sazonando bien los muslos y contramuslos con las especias.
Os recomiendo usar sal y pimienta y darle un toque de pimentón picante. Tened en cuenta que la salsa lleva nata por lo que los sabores quedarán muy suavizados así que no tengáis miedo. Si queréis, también podéis añadir hierbas aromáticas en polvo, garam massala o cualquier mezcla de vuestro gusto.
En una sartén freímos las tajadas de pollo para que se doren bien por todas sus caras, dejándolas unos minutos. Retiramos el pollo y lo reservamos. Mientras, comenzamos con la salsa, para la cual doramos un diente de ajo en el aceite de freír el pollo, añadimos la nata líquida, el caldo de pollo, el queso rallado y una cucharada de tomillo molido, mezclando bien.
Si queréis podéis añadir también una cucharadita de especias de curry, como os decía antes, que además darán un poco de color. Llenamos la sartén con las espinacas y las vamos moviendo hasta que pierdan su volumen. Reintegramos las tajadas de pollo a la sartén y las trasladamos al horno.
Cocinamos a 200º durante 15 minutos, dando la vuelta a las piezas y dejando que se hagan otros 10 minutos más. Finalmente, gratinamos dos o tres minutos a 230º para dorar un poco más el exterior y servimos inmediatamente.
NOTA: la nata líquida la pueden suplantar por una bechamel sin harina muy líquida.