¿Sabías que tu grupo sanguíneo podría tener algo que ver con lo rápido (o lento) que envejeces? Suena como la trama de una película, pero resulta que un grupo de científicos ha estado cavando justo en ese tema y los resultados dan para pensar.
Hace tiempo se decidió investigar si algunos tipos de sangre confieren cierta ventaja biológica a la hora de envejecer. Y aunque todavía no hay respuestas definitivas, cada vez aparecen pistas más sólidas que merecen atención.

📌 IMPORTANTE: El video relacionado a esta historia lo encontrarás al final del artículo.
Uno de los hallazgos más llamativos apunta al grupo sanguíneo B. Según un extenso estudio, personas con esta sangre parecen envejecer más despacio. En concreto, se analizaron más de 5 000 voluntarios, evaluando la «edad biológica» de unos 11 órganos diferentes, midiendo miles de proteínas en la sangre. Sorprendentemente, quienes tenían tipo B no mostraron signos de envejecimiento acelerado en ninguno de esos órganos, algo que sí se vio en cerca del 20 % del total de participantes. Earth.com+8La Razón+8infobae+8Diario ASCadena SER+7ElHuffPost+7La Razón+7.
Este descubrimiento no es nuevo del todo. En 2004, un estudio en Tokio encontró que muchos centenarios compartían este grupo B, sugiriendo una conexión con una longevidad excepcional. ElHuffPost+1. Y un artículo bastante reciente también lo repite: quienes tienen sangre B parecen mantener mejor sus tejidos, enfrentar menos el estrés metabólico y adaptarse mejor al paso del tiempo—aunque, ojo, siempre acompañados de buenos hábitos.
Pero no todo es color de rosa. Tener tipo B conlleva algunos riesgos, especialmente en lo cardiovascular: podría haber una tendencia ligeramente mayor a ciertos problemas del corazón, infartos o insuficiencia cardíaca, aunque ese riesgo puede mitigarse si se lleva un estilo de vida saludable. .
Y mientras el B brilla por su posible lentitud al envejecer, el tipo O también aparece relacionado con gente que vive muchos años, incluso más de 100. Un estudio que secuenció el ADN de más de 800 centenarios y cerca de 5 400 personas mayores de 90 descubrió que el tipo O se repetía bastante. Además, ese grupo tiende a tener menos enfermedades graves como enfermedades cardíacas, derrames o algunos cánceres. Las variantes genéticas asociadas al envejecimiento, como CDKN2B, APOE y SH2B3, también estaban presentes.
Así que, dependiendo de cómo interpretes los datos, B parece ayudarte a mantener tus órganos más frescos, mientras O podría darte protección frente a varias enfermedades fatales. En todo caso, ambos grupos ofrecen pistas interesantes acerca del envejecimiento biológico.
Ahora bien, esto no significa que tu grupo sanguíneo sea el único que juega. Tu genética completa, tus hábitos cotidianos—cómo te alimentas, si te mueves, cómo manejas el estrés, si tienes apoyo emocional, si te cuidas regularmente—todo eso suma enormemente. Los expertos repiten una y otra vez que una buena calidad de vida no está cautiva de la genética; tú influyes con tus decisiones.
Para ponerlo en perspectiva: imagina que tu grupo sanguíneo te da cierta ventaja o desventaja biológica; pero como si fuera un terreno de juego—quien juega mejor, con mejores recursos y estrategia, puede marcar la diferencia. El terreno (tu sangre) importa, pero lo que sucede en el campo (tu estilo de vida) es esencial.
Y más allá de todo eso, la ciencia del envejecimiento sigue avanzando. Ultimamente parecen prometer mucho los análisis de sangre que miden proteínas asociadas a la edad biológica de tumores u órganos—una idea poderosa que podría permitir detectar riesgos antes de que aparezcan síntomas claros.
En resumen: si eres del tipo B, podrías gozar de una capacidad superior para mantener órganos más jóvenes; si eres del tipo O, quizás disfrutes una protección extra contra enfermedades graves. Pero la clave real está en cómo vives tu vida cada día. Come bien, muévete, cuida tu mente y crea redes de apoyo: ahí está la mejor apuesta para envejecer con salud.

