Para 2 personas
Harina de garbanzo 140 g
Agua 200 g
Aceite de oliva virgen extra 15 ml
Sal 2 g
Hierbas provenzales al gusto
Albahaca seca al gusto
Pimienta negra molida
Salsa de tomate o passatta de tomate
Calabaza una rodaja
Aceitunas negras sin hueso
Mozzarella fresca o Emmental
Orégano seco
Cebollino opcional
Precalentar el horno a 220ºC y preparar una bandeja o fuente, preferiblemente metálica. Puede ser rectangular o redonda. Yo he usado una de unos 36×25 cm.
Colocar la harina de garbanzos en un recipiente y añadir el agua, el aceite de oliva virgen extra, la sal, las hierbas y una pizca de pimienta negra recién molida. Mezclar bien hasta tener una masa homogénea. Si tenemos tiempo, mejor si podemos dejarla reposar 30-60 minutos, tapada.
Verter la masa sobre la bandeja o fuente, dejándola bien fina. Hay que tener en cuenta que seguirá líquida, más o menos como una masa de tortitas o crêpes algo más espesos.
Hornear durante unos 8-10 minutos, hasta que empiece a estar dorada. Retirar y dejar enfriar un poco, manteniendo el horno encendido.
Extender el tomate sobre la masa, añadir el resto de ingredientes al gusto y cubrir con una capa más o menos generosa de queso. Añadir orégano, un poco de cebollino si se desea, y más pimienta. Volver a hornear hasta que el queso se gratine.