1 taza de quínoa
1 a 2 atados de acelgas, preferentemente orgánicas
1 cucharada de aceite de oliva
4 dientes de ajo picados
1 cebolla picada
100 gr de parmesano o pecorino rallados
½ cucharadita de comino
½ cucharadita de nuez moscada
1 cucharadita de sal atlántica
Pimienta molida al gusto
3 huevos batidos
Como
A) Lave la quínoa bajo el agua corriente, hasta que el agua salga transparente. Ponga la quínoa en una olla y cúbrala con agua, mineral preferiblemente, y un poquito más. Una vez hierve el agua, cocine la quínoa a calor medio, 3 o 4. Tan pronto como en la parte superior de la olla, la quínoa empieza a brotar, y aparecen unas como uñitas blancas y pequeñas, apague la fuente de calor. Tape la olla dejando que el calor acumulado en ella, termine la cocción.
B) Corte el tallo blanco de la acelga y una vez picado póngalo a freír en el aceite de oliva. Agréguele la cebolla y el ajo picado y continúe friendo hasta que el tallo y la cebolla doren. Agregue las hojas de acelga picadas y revuelva y cocine por otros 5’ a 7’, revolviendo.
C) En un bol mezcle la quínoa cocida con la acelga, la cebolla y los dientes de ajo fritos.
Revuelva y agregue el queso rallado, el comino, la nuez moscada, la sal y la pimienta y revuelva bien. Agregue los huevos batidos y combine homogéneamente. Vierta la mezcla a una fuente pírex, previamente enmantequillada.
D) Cubra el pastel con lonjas de queso fundente y hornéelo en el horno precalentado a 180º por 50’ a 60’, hasta que el pastel este dorado. Sirva caliente.