280 gr. de harina de avena integral sin gluten
60 gr. de harina de teff integral
60 gr. de harina (no almidón) de mandioca
16 gr. de psyllium husk (*)
8 gr. de sal
8 gr. de azúcar de caña
4 gr. de levadura seca
440 gr. de agua tibia
TODOS LOS INGREDIENTES DEBEN SER CERTIFICADOS SIN GLUTEN
(*) Asegúrate de que el psyllium está finamente molido, si no no alcanzarás la consistencia adecuada.
PASOS A SEGUIR
Comienza activando la levadura. Para ello mezcla parte del agua, que ya tendrás pesada, con la levadura y el azúcar. Disuelve bien y deja reposar hasta que espume.
En un recipiente grande junta todos los ingredientes secos y remueve con unas varilla para que se integren bien.
Añade la levadura activada, el resto del agua, y remueve bien para que las harinas se hidraten completamente. Deja reposar 10 minutos para que el psyllium absorba el agua y la masa se pueda manejar.
Vuelca la masa en la mesa y, sin añadir harina, amasa hasta que veas que la masa se vuelve homogénea. Debería pegarse muy poco a tus manos.
Cuando la tengas amasada, forma un cilindro con ella y divide en 4 porciones.
Lávate las manos para eliminar restos de masa y sin usar harina forma con cada porción una bolita. No la aplastes, ya crecerá por si sola a lo ancho. Coloca cada una sobre una cuadrado de papel de horno, para que después te sea más fácil manipular.
Con las manos algo húmedas frota la superficie de cada bolita, queremos que la superficie esté bien hidratada.
Cúbrelas con un plástico o paño húmedo y deja reposar hasta que doblen su tamaño. Las mías tardaron 1 hora en fermentar, pero el tiempo depende de la temperatura que haga en tu cocina.
Pueden tardar más o menos. No las descuides para evitar que sobrefermenten.
Cuando estén a punto de doblar su tamaño comienza a calentar el horno a máxima temperatura. Calienta también la bandeja de horno, y piensa que deberás generar vapor al comienzo. Para ello coloca un molde metálico (nunca de vidrio o cerámica) en el fondo del horno. Puedes ponerle piedras volcánicas o incluso tornillos dentro para que gane aún más calor.
Cuando el horno esté bien caliente (tras 20 minutos mínimo), saca la bandeja y coloca en ella tus panecillos. Introduce la bandeja a altura media, vuelca medio vaso de agua en el molde que habías colocado previamente en el horno, y cierra la puerta rápidamente. Baja la temperatura a 210ºC y hornea 35 minutos.
Pasados 35 minutos, baja la temperatura a 160ºC, calor con convección, y hornea 10 minutos más.
Deja enfriar completamente antes de cortarlos. ¡Buen provecho!