Te cuento una cosa antes de empezar: en casa, este pan vuela. No sé si es el olor a canela, el toque dulce de la zanahoria o ese crujidito de la nuez… pero, mira, cada vez que lo saco del horno, ni me da tiempo a guardarlo. Y eso que, la verdad, es de esas recetas que preparo sin pensar mucho, porque sale bien siempre.
Además, este pan de avena, zanahoria y nuez sin harina se ha convertido en uno de mis favoritos cuando quiero algo casero, rápido y sin líos. Es perfecto para desayunos, meriendas o para picar un trocito mientras tomas un café. Y como sé que en España cada vez buscamos más recetas sencillas y con ingredientes “de la despensa”, pues… aquí tienes una joyita.

Por cierto, si buscas ideas ricas sin harina, éste se vuelve un gran aliado. El sabor es suave, la textura queda jugosa y el aroma… bueno, ya verás, huele a domingo por la mañana.
¿Por qué este pan gusta tanto?
Mira, te lo digo claro: es un pan que encaja con todo. Lo preparas en un momento y no necesitas ingredientes raros. Además:
Lleva avena, que sienta bien y llena sin pesadez.
La zanahoria da humedad y un dulzor natural que no cansa.
La nuez aporta ese toque que le da vida a cada bocado.
No lleva harina, así que queda ligero, suave y con un punto rústico.
Y en España, donde cada vez tiramos más por recetas de “comer bien” pero sin complicarnos, este pan cae como anillo al dedo. Ideal para las prisas entre semana o para acompañar un café con leche un sábado por la tarde.
Ingredientes del Pan de Avena, Zanahoria y Nuez Sin Harina
Aquí tienes lo que vas a necesitar:
2 tazas de avena en hojuelas
1 taza de zanahoria rallada
1/2 taza de nueces picadas
3 huevos
1/4 taza de aceite de coco derretido
1/4 taza de miel o endulzante al gusto
1 cucharadita de canela en polvo
1 cucharadita de polvo de hornear
1/2 cucharadita de sal
1 cucharadita de extracto de vainilla
Lo mejor de todo es que casi todo se encuentra fácil en cualquier súper aquí en España. Y si no te convence la miel, puedes cambiarla por otro endulzante sin problema.
Cómo preparar este pan paso a paso
Voy a contártelo como si estuviéramos en la cocina juntos, porque así queda más sencillo.
Paso 1: Precalentar el horno
Pon el horno a 180°C. Engrasa un molde para pan con aceite de coco o forra con papel vegetal (yo suelo tirar por el papel porque me ahorra fregado, que ya bastante tengo).
Paso 2: Mezclar los ingredientes húmedos
En un bol grande, mezcla:
huevos
miel
aceite de coco
vainilla
Dales un buen batido hasta que quede todo bien unido. A mí me gusta hacerlo a mano porque me relaja, pero si tienes prisas, una batidora de mano también te vale.
Paso 3: Agregar los ingredientes secos
Ahora sí, añade:
avena
zanahoria rallada
nueces
canela
polvo de hornear
sal
Mezcla todo con una espátula. Te quedará una masa densa, pero no te preocupes, así debe ser. La zanahoria irá soltando humedad mientras se hornea.
Paso 4: Hornear
Vierte la mezcla en el molde. Alisa la superficie (yo lo hago con el dorso de una cuchara).
Mételo al horno entre 30 y 40 minutos. Cuando metas un palillo y salga limpio, lo tienes listo.
El olor… ¡ay! Ese olor te va a llenar toda la casa. Ya verás, tus vecinos igual te tocan la puerta, ¿eh?
Paso 5: Enfriar y servir
Déjalo enfriar antes de cortarlo. Sí, ya sé que da tentación cortarlo caliente, pero si lo dejas reposar un poco queda mucho mejor.
Puedes comerlo tibio con mantequilla, con miel o incluso tal cual. Yo a veces lo acompaño con café y otras con yogur. Depende del día, la verdad.
Paso 6: Cómo guardarlo
Puedes guardarlo:
En papel film o en un tupper hermético hasta 3 días a temperatura ambiente.
En la nevera dura un poco más.
Congelado en rebanadas te salva la vida: lo metes en la tostadora y parece recién hecho.
Consejos que siempre me funcionan
Porque, mira, ya con el tiempo le he pillado el truquito:
Si quieres que quede más jugoso, añade un chorrito extra de miel.
Si te gusta más denso, agrega un puñadito más de avena.
Para un toque más “postre”, pon unas pasas o unos trocitos de manzana.
Si no tienes aceite de coco, puedes cambiarlo por otro aceite suave.
Y si quieres un sabor más marcado, sube un pelín la canela (pero ojo, que se nota enseguida).
Y ya está. Nada complicado.
¿Cuándo sirve este pan?
Te soy sincero: yo lo preparo para casi todo.
Desayunos rápidos antes del curro.
Meriendas con té o café.
Para llevar al trabajo en un tupper.
Para llevar a una quedada con amigos (queda muy bien, la verdad).
Como snack antes del gym.
Es un pan todoterreno. Ligero, sabroso y fácil.
Un cierre muy real
Y bueno, ya me dirás qué tal te queda. Este pan es como un abrazo casero, de esos que te acompañan toda la semana sin darte guerra. Yo, cada vez que lo hago, pienso: “Si todas las recetas fueran así de agradecidas, yo viviría en la cocina”.
Si quieres que prepare otro post parecido, o una versión más crujiente, más dulce o más ligera, solo dímelo. Aquí estoy para ayudarte siempre.

