
Despertar con los ojos rojos no siempre es algo normal. Aunque a veces se deba a cansancio o falta de sueño, en otros casos puede indicar problemas que, si no se tratan, afectan la salud ocular a largo plazo.
Causas comunes
Sequedad ocular: Dormir en ambientes con aire acondicionado o calefacción puede resecar los ojos.

Falta de descanso: No dormir lo suficiente provoca irritación y vasos sanguíneos dilatados.
Alergias: El polvo, ácaros o pelo de mascotas en la habitación pueden irritar los ojos durante la noche.
Mala postura al dormir: Apoyar la cara contra la almohada ejerce presión en el ojo.
Infecciones: Conjuntivitis u otras infecciones bacterianas o virales.
Posibles efectos dañinos
Irritación crónica y molestias al parpadear.
Mayor riesgo de infecciones por debilitamiento de la película lagrimal.
Daños en la córnea si la sequedad es prolongada.
Fatiga visual que afecta la visión a largo plazo.
Cómo prevenirlo
Mantén la habitación libre de polvo y alérgenos.
Usa un humidificador si el aire está muy seco.
Evita dormir con lentes de contacto.
Descansa lo suficiente y respeta horarios de sueño.
Consulta al oftalmólogo si la irritación es frecuente o severa.
Dormir bien y cuidar el ambiente donde descansas es clave para mantener la vista sana y evitar que esos ojos rojos se conviertan en un problema mayor.
