4 patatas no muy grandes
100 gr de brócoli
50 gr de queso mozarella rallado
50 gr de queso parmesano rallado
20 gr de mantequilla
1/4 de cebolla
1/4 de puerro
Sal
Preparación:
Pelamos, lavamos y cortamos las patatas en trozos no muy grandes, y las cocemos en agua y sal, durante unos 15 minutos
aproximadamente, hasta que veamos que ya están blandas.
Le quitamos los tallos al brócoli, y nos quedamos con los extremos de «flor». Cocemos igualmente en agua hirviendo con sal, durante unos 8 minutos o más, igualmente hasta que veamos que ya están blandos. El tiempo de cocción depende de cómo de fuerte esté el fuego y el tamaño de los trozos de brócoli.
Lavamos, pelamos y cortamos la cebolla y el puerro en trozos pequeños (picamos, mejor dicho). En una sartén, echamos un poco de mantequilla, y cuando ésta ya esté derretida, echamos los ingredientes y los rehogamos.
Cuidado de no poner el fuego muy alto, de lo contrario se quema la mantequilla y estropea el plato.
A fuego suave, lo rehogamos muy bién, hasta que la cebolla y el puerro estén blanditos.
En una fuente, echamos las patatas cocidas y con un tenedor o similar, las trituramos. Incorporamos los dos tipos de queso y lo mezclamos bien, Ahora echaremos el brócoli, picado muy fino, la cebolla y el puerro.
Mezclamos muy bien todos los ingredientes hasta que se mezclen todos. Con un molde redondo de aro (de los que venden en los bazares chinos), vamos formando los medallones y los llevamos a la bandeja de horno, previamente pre-calentado a 180º.
Nota: lo aconsejable es tener unos cuantos moldes redondos del mismo tamaño, y hornearlos dentro del molde, sino, se vendrán abajo. Los venden en los bazares chinos y son relativamente baratos.
Otra opción es utilizar un molde grande de cupcakes, que previamente pincelamos con aceite para que no se pegue, pero yo prefiero los moldes metálicos.
Horneamos unos 15 minutos aproximadamente y luego gratinamos unos 5 minutos.