¿Mala circulación? ¿Manos y pies fríos? Aprende como identificar una mala circulación y como tratarla.


La mala circulación sanguínea es un problema común que puede pasar desapercibido, pero sus síntomas afectan significativamente la calidad de vida. El sistema circulatorio es responsable de transportar sangre, oxígeno y nutrientes por todo el cuerpo, y cuando este proceso se ve obstaculizado, pueden aparecer señales como manos y pies fríos, entumecimiento, hormigueo, hinchazón o incluso fatiga constante.

Uno de los signos más característicos es la sensación de extremidades frías, incluso en ambientes cálidos. Esto ocurre porque la sangre no llega adecuadamente a zonas periféricas como dedos de las manos y pies. Otros síntomas pueden incluir venas varicosas, calambres musculares, mareos, cambios de coloración en la piel (palidez o tonalidades azuladas) y heridas que tardan en cicatrizar.

Las causas de la mala circulación pueden ser variadas: sedentarismo, mala alimentación, tabaquismo, colesterol alto, hipertensión, diabetes o enfermedades cardiovasculares. También puede estar relacionada con problemas venosos como insuficiencia venosa crónica o con enfermedades arteriales periféricas.

¿Cómo mejorarla? Existen estrategias efectivas:

  1. Actividad física regular: Caminar, nadar o montar bicicleta mejora la circulación y fortalece el sistema cardiovascular.
  2. Alimentación saludable: Consumir alimentos ricos en antioxidantes (frutas y verduras), omega-3 (pescado, semillas) y evitar grasas trans.
  3. Evitar el sedentarismo: Levantarse cada hora, mover las piernas, y estirar ayuda a reactivar el flujo sanguíneo.
  4. Masajes y baños de contraste: Estimulan el retorno venoso y relajan los vasos sanguíneos.
  5. Hidratación y ropa adecuada: Beber suficiente agua y evitar prendas ajustadas en piernas y pies.

En casos persistentes, es fundamental consultar a un médico para descartar enfermedades graves y recibir tratamiento adecuado. Ignorar los signos de mala circulación puede derivar en complicaciones como úlceras, coágulos o daños a órganos vitales. Escucha a tu cuerpo y actúa a tiempo para mejorar tu salud vascular.