
Muchos no lo saben, pero la clave para evitar que tu destornillador se desgaste rápidamente o pierda efectividad al usarlo está en un proceso sencillo pero vital: templar la punta. Aunque no lo digan abiertamente, los fabricantes prefieren que no sepas que puedes hacer esto tú mismo y darle una vida útil mucho más larga a tu herramienta.
¿Qué significa templar la punta del destornillador?
Templar la punta del destornillador significa someterla a un proceso de calentamiento y enfriamiento controlado para aumentar su dureza y resistencia. Esto es similar a lo que ocurre con muchas herramientas de metal que necesitan ser más fuertes para resistir el desgaste y la presión. Si la punta del destornillador no está suficientemente templada, es probable que se desgaste o se deforme mucho más rápido, especialmente si trabajas con tornillos duros o en proyectos pesados.

¿Cómo templar la punta de un destornillador?
Calentamiento: Necesitarás una fuente de calor. Una forma sencilla es usar una antorcha o soplete. Coloca la punta del destornillador bajo la llama hasta que se vuelva de un color rojo brillante (aproximadamente entre 800-900 grados Celsius). Este es el momento en el que el metal entra en una fase de alta temperatura, haciendo que los cristales de la aleación de acero se reorganicen.
Enfriamiento rápido: Una vez que la punta esté bien caliente, sumérgela rápidamente en un recipiente con agua fría o aceite. Este enfriamiento rápido (también conocido como “temple en aceite” o “temple en agua”) solidifica rápidamente el metal, lo que aumenta su dureza.
Recalentamiento (opcional): Para evitar que el acero se vuelva demasiado frágil, puedes hacer un recalentamiento a una temperatura más baja (alrededor de 300-400 grados Celsius) durante unos minutos y luego dejar que se enfríe al aire. Esto hace que el acero gane más resistencia y sea menos propenso a romperse.
Beneficios de templar la punta del destornillador
Mayor durabilidad: La punta templada será mucho más resistente al desgaste, lo que te permitirá usarla por mucho más tiempo sin que se deforme ni pierda eficacia.
Mejor precisión: Al templar la punta, obtienes un mejor contacto con el tornillo, lo que mejora la precisión al apretar o aflojar.
Menos deslizamientos: El temple mejora la fuerza de agarre entre la punta y el tornillo, evitando que el destornillador patine o se deslice, lo que es común en las puntas de baja calidad.
¿Vale la pena hacerlo?
¡Definitivamente! Si eres un amante del bricolaje o trabajas en proyectos que requieren destornilladores de alta calidad, templar las puntas de tus herramientas te proporcionará mayor control y eficiencia. En lugar de depender de destornilladores baratos o que se desgasten rápidamente, puedes personalizar y mejorar las que ya tienes, ahorrando dinero y mejorando la calidad de tu trabajo.
