
El magnesio es uno de esos minerales que muchas veces pasan desapercibidos, pero que son clave para que nuestro cuerpo funcione como debe. Aunque no lo parezca, tomar un par de cucharadas de magnesio disuelto en agua por la mañana puede tener efectos muy positivos en cómo te sientes a lo largo del día.

Uno de los beneficios más notables es su efecto sobre el sistema nervioso. Ayuda a relajarse, reduce la ansiedad y mejora la calidad del sueño. Si lo tomas en la mañana, te puede ayudar a empezar el día con la mente más clara, menos tensa y con mejor ánimo.
También es un gran aliado para los músculos. Previene calambres, alivia molestias articulares y es especialmente útil para quienes hacen ejercicio o llevan una vida activa. A nivel del corazón, contribuye a mantener una buena circulación y ayuda a regular la presión arterial.
En cuanto al sistema digestivo, el magnesio tiene un efecto suave pero efectivo: ayuda a que el intestino funcione mejor y combate el estreñimiento. Tomarlo al despertar puede estimular la digestión y apoyar al cuerpo en su proceso natural de eliminación de toxinas.
Además, participa en muchísimos procesos internos, como la producción de energía, el control del azúcar en sangre y el equilibrio hormonal. Por eso es útil en casos de cansancio constante, problemas con el azúcar o desajustes hormonales.
Lo más común es tomarlo en forma de cloruro o citrato de magnesio, disuelto en agua. Eso sí, siempre conviene platicarlo antes con un médico, sobre todo si estás tomando medicamentos o tienes alguna condición de salud.
En resumen, incluir el magnesio en tu rutina matutina es un gesto sencillo que puede marcar una gran diferencia. Mejora cómo te sientes, fortalece el cuerpo y puede ayudarte a prevenir varios malestares. Un hábito pequeño, con grandes beneficios.
