¿La yuca es peligrosa? Esto es lo que debes saber antes de comerla


La yuca —también llamada mandioca o casava— es un tubérculo muy común en países de América Latina, África y Asia. Gracias a su sabor suave y a su alto contenido de almidón, se usa en todo tipo de platillos. Pero, aunque tiene buenos aportes nutricionales, no es un alimento que deba tomarse a la ligera si no se sabe cómo prepararlo correctamente.

El principal riesgo de la yuca está en ciertas sustancias naturales que contiene, llamadas compuestos cianogénicos. Esto aplica sobre todo a la variedad amarga. Cuando estos compuestos se descomponen en el cuerpo, pueden liberar cianuro, una sustancia tóxica que en dosis elevadas puede llegar a ser muy peligrosa. Algunos síntomas de intoxicación por cianuro incluyen náuseas, mareo, dolor de cabeza, debilidad, dificultad para respirar y, en casos graves, convulsiones.

Por eso es importante saber distinguir entre la yuca dulce y la amarga. La dulce apenas tiene trazas de estos compuestos y, si se cocina bien, no representa mayor problema. La amarga, en cambio, tiene una concentración mucho más alta y requiere un tratamiento especial para poder consumirse sin riesgos.

Entonces, ¿cómo se prepara de forma segura? Primero que nada, hay que pelarla bien, ya que las toxinas se concentran sobre todo en la cáscara. Después, lo ideal es dejarla remojando en agua durante varias horas. Esto ayuda a eliminar buena parte de los compuestos tóxicos. Y finalmente, debe cocerse completamente —ya sea hervida, al vapor o frita—, porque el calor destruye las enzimas que podrían liberar el cianuro.

Nunca debe comerse cruda. Eso sí está totalmente desaconsejado. Tampoco es buena idea usar métodos improvisados o poco confiables para procesarla, porque podrían quedar residuos peligrosos.

Aunque todo esto pueda sonar alarmante, la verdad es que la yuca no representa un problema si se prepara bien. En muchas comunidades ha sido parte de la dieta por generaciones sin causar daño, gracias a los métodos tradicionales de preparación. La clave está en informarse y seguir los pasos adecuados.

Cuando se trata con el cuidado necesario, la yuca no solo es segura, sino que también aporta energía, fibra y minerales. Pero si se ignoran las recomendaciones básicas, sí puede convertirse en un riesgo para la salud.