Con el paso de los años, nuestro cuerpo va experimentando cambios que muchas veces pasamos por alto. Uno de los más delicados ocurre en la circulación sanguínea, la presión arterial y la capacidad del organismo de adaptarse a cambios bruscos de temperatura. Por eso, algo tan cotidiano como bañarse puede convertirse en una rutina de riesgo si no se hace en el momento adecuado.
En especial para las personas mayores de 70 años, ciertos horarios pueden representar un peligro real para la salud. No se trata de prohibir el baño, sino de comprender en qué momentos el cuerpo está más vulnerable para así prevenir mareos, desmayos o incluso problemas más graves.

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La madrugada: el momento más delicado
Expertos en salud suelen advertir que el horario más riesgoso para bañarse en la tercera edad es durante la madrugada o muy temprano en la mañana, cuando las temperaturas suelen ser más bajas. En esas horas, la presión arterial tiende a fluctuar de manera natural y un choque con el agua fría puede provocar mareos, hipotensión o, en el peor de los casos, desvanecimientos.
Además, a esa hora el cuerpo todavía se encuentra en reposo, recién despertando, lo que hace que el sistema circulatorio esté menos preparado para enfrentar cambios bruscos. A esta edad, un resbalón o caída en la ducha puede tener consecuencias muy serias.
El agua fría y el agua demasiado caliente: ambos extremos son riesgosos
Otro punto clave no es solo la hora, sino la temperatura del agua. El agua muy fría puede provocar contracciones en los vasos sanguíneos, mientras que el agua excesivamente caliente favorece una caída de presión súbita. Ambos escenarios son peligrosos para personas con problemas cardíacos, hipertensión o fragilidad en la circulación, algo común en mayores de 70.
Por qué el mediodía o la tarde son más recomendables
Los especialistas sugieren que los mejores momentos para bañarse son cuando el cuerpo ya está activo, la temperatura ambiente es más estable y los riesgos de un choque térmico disminuyen. Esto suele ocurrir a media mañana, al mediodía o en la tarde, cuando la sangre fluye con mayor normalidad y el organismo se encuentra más adaptado al movimiento del día.
Precauciones básicas para un baño seguro
Más allá de la hora, hay ciertos cuidados que pueden marcar la diferencia:
Mantener la temperatura del agua tibia, evitando extremos.
No entrar a la ducha de inmediato; primero mojar pies y manos para que el cuerpo se adapte poco a poco.
Instalar barras de apoyo o alfombras antideslizantes para prevenir caídas.
Evitar bañarse inmediatamente después de comer, ya que el cuerpo concentra la energía en la digestión.
No bañarse estando solo en casa si existe historial de desmayos o problemas cardíacos.
El baño como ritual de bienestar
El baño no debe convertirse en un miedo, sino en un hábito placentero y seguro. Para muchas personas mayores, representa un momento de relajación y limpieza que influye también en su estado de ánimo. La clave está en hacerlo en el momento adecuado y con las medidas correctas para que no represente un riesgo.
En resumen: después de los 70 años, lo más peligroso es bañarse en la madrugada o muy temprano en la mañana, especialmente con agua fría o muy caliente. El mejor consejo es esperar a que el día avance un poco y optar por agua tibia, creando un entorno seguro en el baño.

