Los insectos forman parte de nuestro día a día mucho más de lo que creemos. Algunos los vemos revolotear en el jardín, otros aparecen en casa sin ser invitados, y hay quienes simplemente los contemplan con curiosidad en un paseo al aire libre. Sin embargo, cuando se trata de identificar qué insecto es exactamente el que tenemos delante, la tarea puede parecer complicada. Con tantas especies, colores, tamaños y formas, es fácil confundirse.

Lo interesante es que aprender a reconocer insectos no solo despierta curiosidad, sino que también resulta útil. Conocer qué insecto habita en tu entorno te ayuda a distinguir cuáles son inofensivos, cuáles benefician el ecosistema y cuáles, en cambio, pueden representar un riesgo para la salud o las plantas.
📌 IMPORTANTE: El video relacionado a esta historia lo encontrarás al final del artículo.
Primer paso: observar con atención
La clave para identificar cualquier insecto es la observación.
No se trata solo de ver su color, sino de fijarse en detalles más pequeños: el número de patas, si tiene antenas, la forma de las alas o incluso cómo se mueve. Por ejemplo, un escarabajo y una cucaracha pueden parecer similares a primera vista, pero su andar, el tamaño de sus antenas y la forma del cuerpo revelan rápidamente sus diferencias.
El cuerpo en tres partes
Algo que ayuda mucho es recordar que, en general, los insectos tienen el cuerpo dividido en tres secciones: cabeza, tórax y abdomen. Además, cuentan con seis patas, aunque algunas especies tienen prolongaciones o camuflajes que pueden despistar. Saber esto te permitirá diferenciar fácilmente un insecto de una araña, por ejemplo, ya que estas últimas tienen ocho patas y no presentan la misma división corporal.
