Las pestañas no solo cumplen una función estética, también son una barrera de protección natural para los ojos. Gracias a ellas evitamos que el polvo, la suciedad y pequeños agentes externos entren en contacto directo con la superficie ocular. Sin embargo, como cualquier parte del cuerpo, las pestañas no están libres de sufrir problemas, y uno de los más comunes es la infección en esta zona tan delicada.
Este tipo de infección puede parecer inofensiva al principio, pero si no se atiende a tiempo puede complicarse y causar molestias bastante desagradables. Desde enrojecimiento y dolor hasta la aparición de pequeños bultitos en el párpado, son señales que no deben pasarse por alto.

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¿Por qué se producen las infecciones en las pestañas?
La causa más común es la obstrucción de las glándulas sebáceas que se encuentran en el borde del párpado. Cuando estas se bloquean, se acumula grasa y bacterias, lo que genera inflamación e incluso la formación de orzuelos. También puede deberse a la blefaritis, una condición que provoca inflamación crónica en los párpados y favorece la aparición de infecciones repetitivas.
La falta de higiene en el área ocular, el uso excesivo de maquillaje sin retirarlo correctamente o compartir productos de belleza como máscaras de pestañas son factores que aumentan considerablemente el riesgo. Incluso el hábito de frotarse los ojos con las manos sucias puede ser suficiente para provocar una infección.
Síntomas más frecuentes
Cuando aparece una infección en las pestañas, el cuerpo lo hace evidente a través de varios signos claros. Entre los más comunes están:
Enrojecimiento alrededor del ojo.
Dolor o sensibilidad en el párpado.
Hinchazón localizada, que en ocasiones se convierte en un pequeño bulto doloroso.
Lagrimeo constante.
Sensación de tener arenilla o un cuerpo extraño dentro del ojo.
En algunos casos, secreciones amarillentas que pueden pegar las pestañas entre sí.
Es importante no confundir estos síntomas con simples alergias o irritaciones pasajeras, ya que la infección requiere cuidados específicos.
Cómo tratar una infección en las pestañas
La primera recomendación es evitar la tentación de apretar o reventar el bulto, ya que esto solo empeora la inflamación y puede extender la infección. En casa, se pueden aplicar compresas tibias varias veces al día para ayudar a desinflamar y drenar de manera natural la glándula obstruida. Mantener una higiene adecuada es fundamental: limpiar suavemente el área con agua tibia y, si es necesario, con productos específicos recomendados por el médico.
En caso de dolor intenso, fiebre o que la infección no mejore en pocos días, lo más prudente es acudir al oftalmólogo. El especialista puede recetar antibióticos en gotas o pomadas, dependiendo de la gravedad del caso.
Prevención: el paso que no debemos saltar
Para evitar que una infección en las pestañas aparezca o se repita, hay algunas medidas sencillas pero muy efectivas:
Retirar el maquillaje de los ojos todas las noches.
No compartir cosméticos ni aplicadores.
Lavarse las manos antes de tocarse la cara o los ojos.
Cambiar regularmente las máscaras de pestañas y delineadores, ya que con el tiempo acumulan bacterias.
Mantener una alimentación equilibrada y buena hidratación, ya que la salud de la piel y los ojos también se refleja en el sistema inmunológico.Comprar vitaminas y suplementos
Un problema más común de lo que parece
Aunque muchas personas lo ven como algo menor, la infección en las pestañas puede convertirse en una molestia crónica si no se toman las medidas adecuadas. Prestar atención a las señales que da nuestro cuerpo y mantener hábitos de higiene básicos puede marcar la diferencia entre un problema pasajero y una complicación más seria.
En conclusión, cuidar la salud ocular va más allá de lucir unas pestañas bonitas. Se trata de proteger una de las zonas más sensibles y expuestas del cuerpo. Una infección en las pestañas es un aviso claro de que algo no está bien, y escuchar esas señales es la mejor forma de proteger nuestros ojos.
