INGREDIENTES:
1 taza y 1/2 de harina de garbanzos (150 gr)
1/3 taza de almidón de maíz (Maizena – 30 gr)
1/3 taza de semillas de sésamo (30 gr). Puedes poner semillas de sésamo normales (al natural), tostadas, o usar otras semillas. Quedan genial poniéndo mitad de sésamo y mitad de chía, lino o amapola, por ejemplo.
1 cdita de levadura de repostería
1 cdita de sal
1 cdita de azúcar (la mía de coco. Puedes obviarla, si quieres)
Puedes añadirle tomate seco picado, chili, albahaca… las especias que tú quieras. Yo le puse 1 Cda de orégano seco, porque esta hierba me recuerda a italiana y me encanta en las masas
1/4 taza de aceite de oliva (40 gr)
90 ml de agua (90 gr)
PREPARACIÓN:
Tan fácil como juntar los ingredientes secos: harina de garbanzos, maizena, sésamo, levadura, sal, azúcar y especias.
Añadir los ingredientes líquidos (aceite y agua) y remover con una cuchara de madera. La masa no es elástica y es bastante húmeda. Mezcla bien, con la cuchara o una espátula, haciendo que todos los ingredientes se integren muy bien.
Ahora dale forma. Tendrá textura de plastilina. Si se te pega mucho, añádele un poco más de harina de garbanzos y mételo, si hace falta, un ratito en la nevera (estos días aquí, con el calor, se pegaba mucho la masa, así que con 20 min de frío, luego arreglado)
Ponlos en una bandeja de horno, sobre papel sulfurado, a 180° durante 25 min, vigilando que no se quemen. Los últimos minutos, puedes usar el ventilador, y así ayudas a que se queden crujientes durante más días , si es que duran… ¡ja, ja, ja!
Con estas cantidades, tendrás una bandeja llena de palitos de pan.