Ingredientes:
1 taza de harina de avena (puedes moler avena en licuadora para obtenerla)
1/2 taza de harina de almendra (opcional, puedes usar más harina de avena si prefieres)
2 cucharadas de semillas de chía
Ralladura de 1 limón
Jugo de 1 limón
1/4 taza de aceite de coco derretido
1/4 taza de miel, jarabe de agave o endulzante de tu elección
1/2 cucharadita de polvo de hornear
1/4 cucharadita de sal
1 cucharadita de extracto de vainilla (opcional)
Instrucciones:
Precalentar el horno: Calienta el horno a 180°C (350°F) y prepara una bandeja con papel para hornear.
Hidratar las semillas de chía: Mezcla las semillas de chía con 2 cucharadas de agua y deja reposar por 5-10 minutos hasta que se forme una especie de gel.
Mezclar ingredientes secos: En un bol grande, combina la harina de avena, la harina de almendra, el polvo de hornear, la sal y la ralladura de limón.
Preparar los ingredientes húmedos: En otro bol, mezcla el gel de chía, el jugo de limón, el aceite de coco, la miel (o endulzante) y el extracto de vainilla.
Unir las mezclas: Agrega los ingredientes húmedos a los secos y mezcla hasta obtener una masa homogénea. Si la masa está muy seca, puedes añadir una cucharada de agua o jugo de limón extra.
Formar las galletas: Con las manos, forma bolitas de masa y aplástalas ligeramente para darles forma de galleta. Colócalas en la bandeja preparada, dejando un poco de espacio entre cada una.
Hornear: Hornea durante 12-15 minutos o hasta que los bordes estén ligeramente dorados.
Enfriar: Retira las galletas del horno y deja que se enfríen completamente en una rejilla antes de servir.