Para 4
El chicle
130 cm3 de agua
5 cdas. de fécula de mandioca
La masa
250 g de almidón de maíz
250 g de fécula de mandioca
250 g de leche en polvo descremada
1 ½ cda. de goma xántica
4 huevos
1 cda. de aceite de maíz
Sal
Procedimiento
1) Para el chicle: llevá al fuego el agua con la fécula de mandioca. Vas a ver que va a ir cambiando de textura a medida que tome calor. Se irá gelificando y la mezcla se pondrá transparente. Vos no dejes de revolver con cuchara de madera.
¿Para qué sirve esta goma? El chicle reemplaza la función del gluten: se convierte en el elástico de la masa. Cuando esté chirle, apagalo y pasalo a un bol.
2) Para la masa, mezclá los huevos con el chicle y el aceite. Integrá lo que puedas. Sí, se hace pegajoso, pero vos seguí mezclando. Luego agregá una parte de los secos y la sal hasta integrar todo.
3) Bajá la mezcla a la mesada y, de a poco, seguí incorporando el resto de los secos. Amasás igual que si estuvieras haciendo pasta de trigo. Tarda un poquito más en integrar, pero si la tratás con cariño, va bien. Cuando logres un bollo liso, ya está.
4) Floréa la mesada con la misma mezcla de secos y estirá con palote o, si tenés máquina de fideos, bienvenida. Enrollá la masa y cortá los fideos con cuchillo. Ya tenés que tener agua hirviendo en la hornalla.
5) Se cocinan apenas unos minutos, para que queden al dente. Agregá la salsa que quieras y tenés tu platazo de fideos listo.
¿Podés elegir otras harinas? ¡Claro! Mientras respetes el chicle y el resto de los ingredientes, la receta sale.