
El romero es una de esas plantas que da gusto tener siempre a la mano. Sirve para cocinar, para hacer infusiones y hasta para aromatizar el ambiente. Y lo mejor es que puedes reproducirlo en casa de manera fácil y sin gastar de más. Aquí te cuento cómo hacerlo paso a paso.

- Busca una planta sana
Lo primero es tener una planta de romero que esté bien cuidada. No debe tener plagas ni hojas secas. A partir de ahí, puedes sacar nuevas plantas usando sus ramitas. - Corta los esquejes
Con unas tijeras limpias, corta varias ramas de unos 10 o 15 centímetros. Elige las que estén más tiernas, que no tengan flores. Luego, quítales las hojitas de la parte baja del tallo, dejando solo las de arriba. - Ayuda a que echen raíces
Puedes usar un truco natural para que enraícen más rápido: pasa la base del tallo por un poco de gel de sábila o canela. Después, pon los esquejes en un vaso con agua o directamente en tierra húmeda (pero que drene bien). - Cuídalos con paciencia
Si los pones en agua, cambia el agua cada dos o tres días y colócalos en un lugar donde les dé luz pero no sol directo. En unas dos semanas, ya deberían empezar a salir raíces. Si los sembraste en tierra, cúbrelos con una bolsita plástica con agujeros para que guarden humedad como si fuera un pequeño invernadero. - Trasplanta cuando ya tengan raíces
Cuando las raíces midan unos 4 o 5 cm, ya puedes pasarlos a una maceta más grande o al jardín. Al romero le gusta el sol y la tierra seca. No lo riegues de más, es una planta bastante resistente.
Y listo, con un poco de cuidado vas a tener tu propio romero siempre disponible. No solo te ahorras una ida al súper, también disfrutas de una planta que huele rico, embellece el espacio y tiene un montón de usos en casa.
