1 taza de calabacín rallado bien escurrido
1 diente de ajo rallado fino
1/3 taza de pan rallado sin harina o sustituto
1/4 taza de queso Parmigiano-Reggiano rallado
1 huevo grande
2 cucharadas de cebollino fresco picado (o 1 cucharada de cebollín seco)
1 cucharada de perejil fresco picado (o 1/2 cucharada seco)
1 cucharadita de albahaca fresca picada (o 1/2 cucharadita seca)
1 cucharadita de orégano fresco picado (o 1/2 cucharadita seco)
pizca de sal y pimienta
salsa de tomate para mojar
Instrucciones
Precaliente el horno a 400˚F. Cubra ligeramente una bandeja para hornear con aceite de oliva o spray antiadherente. Dejar de lado.
Use un rallador de caja para rallar el calabacín en una toalla limpia. Enrolle la toalla y gírela para escurrir la humedad.
Ralle el ajo usando los pequeños agujeros en el rallador de caja.
Agregue el calabacín rallado, el ajo, el huevo, el pan rallado, el queso parmesano, las cebolletas, el perejil, la albahaca, el orégano, la sal y la pimienta en un tazón mediano. Mezcle bien para combinar.
Forme una cucharada de la mezcla en sus manos, forme bolitas pequeñas y colóquelas en la bandeja para hornear.
Hornee durante 15-18 minutos en el horno precalentado hasta que estén doradas. Servir caliente con salsa marinara. La receta rinde alrededor de 16 bocados.
notas
Cómo congelar
Siga la receta y deje que los bocaditos de calabacín se enfríen. Coloque en una sola capa en una bandeja para hornear grande y congele rápidamente durante una hora. Una vez que las bolas de calabacín estén congeladas, colóquelas en una bolsa para congelar. Almacene hasta 4 meses en el congelador.
Vuelva a calentar precalentando su horno a 400˚F. Coloque las picaduras de ajo y calabacín congeladas en una bandeja para hornear y hornee hasta que estén bien calientes y crujientes por fuera, aproximadamente de 10 a 15 minutos.