La auyama, también conocida como calabaza o zapallo, es un alimento muy valorado en la cocina tradicional y la medicina natural por sus múltiples propiedades nutricionales. Esta hortaliza no solo es deliciosa y versátil, sino que además ofrece importantes beneficios para la salud, especialmente en el control del azúcar en sangre y la reducción del colesterol.
Uno de los principales aportes de la auyama es su alto contenido en fibra, tanto soluble como insoluble. La fibra soluble ayuda a ralentizar la absorción de glucosa en el intestino, lo que permite mantener niveles de azúcar en sangre más estables. Por ello, su consumo regular puede ser muy beneficioso para personas con diabetes tipo 2 o con riesgo de desarrollar esta condición.
Además, la auyama es baja en calorías y tiene un índice glucémico moderado, lo que significa que no provoca picos bruscos en los niveles de azúcar. Esto la convierte en un alimento ideal para incluir en dietas destinadas al control de la glucemia y al mantenimiento de un peso saludable.
En cuanto al colesterol, la auyama ayuda a reducir los niveles del tipo LDL (colesterol “malo”) gracias a su contenido de antioxidantes, como los betacarotenos, y a los ácidos grasos saludables que contienen sus semillas. Estos compuestos contribuyen a evitar la acumulación de placa en las arterias y favorecen una mejor salud cardiovascular.
Otro de los beneficios de la auyama es su riqueza en vitaminas A, C y E, que fortalecen el sistema inmunológico y protegen las células del daño oxidativo. También contiene minerales esenciales como potasio, magnesio y hierro, que ayudan a mantener el equilibrio del sistema nervioso y la presión arterial bajo control.
Consumir auyama de manera habitual —en sopas, purés, al horno o en batidos— es una forma sencilla y natural de cuidar el organismo. También se pueden aprovechar sus semillas, tostadas o licuadas, ya que aportan zinc, proteína vegetal y ácidos grasos beneficiosos para el corazón y el metabolismo.
En resumen, la auyama es un alimento completo y funcional que no solo aporta sabor y textura a las comidas, sino que también actúa como regulador natural del azúcar en sangre y promotor de un perfil lipídico más saludable.
