200 g de lentejas
1 cebolla
2 zanahorias
1 puerro (solo la parte blanca)
1 diente de ajo
4 setas siitake (o cualquier otra seta)
3 cucharadas de puré concentrado de tomate
Unas ramas de tomillo fresco
Un manojo de perejil fresco
3 huevos M
50 g de queso italiano curado Grana Padano rallado
50 g de pan rallado sin harina, cetogénico o sustituto a gusto
Sal y pimienta negra recién molida (al gusto de cada casa)
Aceite de oliva virgen extra
Salsa de tomate para acompañar (opcional)
Comenzamos cociendo las lentejas en una cacerola con abundante agua fría durante unos 30-35 minutos o hasta que estén al dente. Comprobamos el punto de las lentejas a los 25 minutos para asegurarnos que no quedan demasiado blandas y ajustamos el tiempo según sea necesario. Cuando las lentejas estén al dente las retiramos del agua, que desechamos, y dejamos enfríen.
Mientras tanto preparamos todas las verduras. Pelamos los dientes de ajo y los pasamos por un rallador fino o los picamos. Pelamos y picamos finamente la cebolla, también las zanahorias, el puerro y las setas siitake.
Calentamos un poco de aceite de oliva virgen extra en una sartén o cazuela y pochamos las verduras empezando por el ajo y la cebolla. Dejamos que se cuezan a fuego medio-bajo durante unos ocho minutos antes de añadir el puerro y la zanahoria.
Después de otros cinco minutos añadimos las setas siitake y continuamos pochando el conjunto cinco minutos más. Las verduras tienen que quedar enteras, pero tiernas. Ese es el punto que buscamos. A continuación añadimos el puré de tomate y salpimentamos al gusto. Sofreímos un par de minutos, retiramos del fuego y dejamos enfriar.
Una vez frías mezclamos las verduras con las lentejas, dos huevos, el pan rallado, el queso italiano Grana Padano rallado y las nueces picadas. Salpimentamos al gusto y condimentamos con perejil y tomillo al gusto.
ntroducimos la mezcla en la nevera para que tome cuerpo durante, aproximadamente, una hora.
Transcurrido este tiempo retiramos la mezcla del frío y tomamos porciones de igual tamaño, las boleamos y las colocamos en una fuente apta para horno. Todas ellas bien juntas.
Introducimos la fuente con las albóndigas en el horno, precalentado a 200º C con calor arriba y abajo, y cocemos durante 30 minutos. Retiramos la fuente y servimos inmediatamente. Sí las acompañamos de salsa de tomate y una guarnición de arroz blanco o puré de patatas, tendremos una comida completa y de rechupete.