Coca menorquina de verduras (sin gluten y sin lactosa)

Para la masa
150 ml. agua
125 ml. aceite de oliva

1 Yema de huevo
150 gr. de almidón de yuca
150 gr. de harina de quinoa

Miel
Para el relleno
1 cebolla

1 pimiento rojo
1 pimiento amarillo
2 tomates verdes

1 calabacín
Aceite
Sal

Pimienta (opcional)
4 sardinas frescas limpias
Anchoas

PASOS
Vamos a empezar preparando la masa, de manera que pondremos en un bol el aceite, tres cuartas partes del agua, la yema de huevo, la miel y la sal y con ayuda de una espátula removeremos bien para integrar. Añadiremos la harina tamizada y seguiremos removiendo y añadiendo el resto del agua hasta que no podamos mover la espátula, Amasaremos sobre una superficie lisa y límpia hasta obtener una masa elástica.

Volveremos a poner en el bol, taparemos con un trapo y dejaremos en reposo al menos noventa minutos.
Seguidamente procederemos a lavar y picar todas las verduras a trozos medianos. Lo volcaremos todo en un bol, añadiremos aceite, sal, pimienta negra (opcional), removeremos bien y dejaremos reposar en la nevera también otros noventa minutos.
Forraremos una bandeja de horno con papel vegetal y pondremos encima nuestra bola de masa. Es muy importante extenderla bien, con un grosor uniforme (más bien finita) y hacer un pequeño cierre en los bordes, levantando la masa y doblando un poco hacia dentro (como los bordes de las pizzas), de manera que se recojan dentro todos los ingredientes.
Precalentamos el horno a 140 grados.

Ponemos todas las verduras sobre nuestra masa repartiendo bien. Ha de quedar bastante llena porque con el cocinado las verduras pierden tamaño.
Esta coca va a tener dos cocinados diferentes. Primero mantendremos a 140 grados unos 60 minutos, para que las verduras se hagan lentamente y la masa vaya cogiendo consistencia.
Pasado este tiempo subiremos la temperatura a 180 grados y cocinaremos por aproximadamente 40 minutos más (debemos ir vigilando que no se quemen las verduras y o la masa). Unos diez minutos antes de apagar el horno colocaremos nuestras sardinas (a las que habremos echado un poco de aceite y sal) y las anchoas. Con este tiempo se harán lo suficiente para no estar ni crudas ni muy secas.

Dicen que la mejor forma de saborear una coca es recién hecha y caliente… pero a mi, calentar un poco un trozo al día siguiente y comérmelo para desayunar me parece manjar de dioses. Cuestión de gustos.
CONSEJO DE NUR
Otra de las versiones de cocas saladas típicas de mi tierra es la de espinacas. En ese caso la cocción es diferente porque las espinacas deben estar hechas de antemano (se hacen al vapor y se sofríen en una sartén acompañadas de piñones y pasas). Tras este proceso las pondremos encima de la masa y cocinaremos por 40 minutos a 180 grados.